Aunque no lo parezca, algunas personas no estamos hechas de hielo y cada golpe que nos dan nos duele tanto como a los demás. No importa que parezcamos distantes, ausentes o frías. Nunca seremos así, simplemente lo mostraremos sin darnos apenas cuenta, sin darle importancia.
Pero a lo que sí que le damos importancia es a todas esas palabras que nos hacen daño, a todas, y no se nos escapa ni una.
Si te olvidas de nosotros un segundo, crearás un precipicio y no habrá vuelta atrás. No habrá puente de madera ni escaleras que poder tomar.
Será una muralla infranqueable e imposible de cruzar.
Las personas que parecen menos frágiles y susceptibles son las más sensibles que existen. Las apariencias engañan y el hecho de aparentar ser fuerte y frío significa una gran debilidad hacia los demás, el miedo a que nos abandonen.
Cuanto más frío y distante seamos, más atención y amor necesitaremos.
Ningún corazón es de hielo ni está protegido con una coraza, ninguno.
-Nunca olvides que abandonar a alguien es olvidar que existe y que necesita existir...